Sucede en todas las casas, por limpios y cuidadosos que seamos: con el tiempo, la botella del aceite que utilizamos para condimentar o para agregar en una cocción, se va tornando grasosa por efecto de las gotas que inevitablemente se derraman sobre ella al servir. ¡Y limpiarla es muy dificultoso! Sin embargo, si impedir que estas gotas se derramen es una misión imposible, e higienizar la botella también resulta complicado, existe otra solución que es muy sencilla.
Solo necesitás contar con unas toallas de papel bien absorbentes y seguir estos pasos: antes de servir el primer chorro de aceite de tu botella nueva, tomá una toalla y envolvéla con ella; colocá una banda elástica que la sostenga (o dos, una en el extremo superior y otra en el inferior), y listo. La toalla se va a ocupar de absorber todo el aceite que se derrame desde la boca de la botella y esta se va a mantener perfectamente limpia de la toalla para abajo.
Podés colocar ésta más cerca de la boca, o bien hacia el centro de la botella, dependerá de qué te resulte más cómodo, pero tené en cuenta que el aceite avanzará hasta la posición donde la ubiques. Cuando veas que la toalla ya incorporó demasiado aceite, reemplazala por una nueva que siga absorbiendo. ¡Y olvidate del problema de la botella de aceite con grasa!